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martes, 11 de agosto de 2009

ENEMIGOS PÚBLICOS. Exención de artificios.

Más allá de los suspiros por Jonnhy Depp (soy partícipe) hay una película de invierno que se estrena este verano.

Llevaba Johnny Depp una racha ya larga de papeles histriónicos que, si bien le van al pelo, pueden acabar dando la impresión de que su personaje es su propia persona... Yo no lo creo.
Aunque recuerdo algunas comedidas actuaciones pasadas -El Don Juan de Marco y A quién ama Gilbert Grape me parecen los mejores ejemplos-, el bueno de Johnny se había dislocado las muñecas en ya incontables ocasiones.
No esta vez. John Dillinger no lo merecía y Michael Mann no es director de gustos excéntricos.

Enemigos Públicos resulta un ejercicio cinematográfico serio; más aún: sobrio. Con una música excelente de Godenthal y una ambientación dedicada a la historia, la atmósfera traslada al espectador a una época de grandes historias para el cine: el Chicago de la Gran Depresión.

Pero a la película le pesan dos matices -que a los amantes del cine austero le darán bastante igual, sin embargo-: por un lado, Mann no ha logrado arrancar a Depp una actuación memorable, como sí consiguió en Ali con otro admirado, Will Smith. Johnny está bien, a veces muy bien, pero le falta algo. Quizás deba volver al histrionismo. Ya lo veremos en la próxima Alicia en el País de las Maravillas de Tim Burton. Por otro lado, a esta peli le pasa lo que a Heat (también de Mann): cuando tiene buenos actores de serie y una buena historia de fondo, este director intenta con tanta vehemencia deshacerse de la frivolidad, huir de los tópicos y el efectismo, que la peli acaba siendo un poco sosa. Como si estuviera inacabada.. O como si los personajes en verdad tuvieran poco que decir.

Cuando la historia sí tiene mucho que decir. John Dillinger (Johnny Depp) fue un seductor, un icono norteamericano. Y todo ello con una profesión polémica como es la de asaltante de bancos. Fue el más buscado en los años 30 y algunas de las hazañas de su banda pasaron a los anales de la historia criminal: las liberaciones del propio Dillinger de la cárcel, su amistad con ciertas madames y, por supuesto, el estilo único de los robos a los bancos. El pueblo americano empezaba a estar muy molesto con la gestión del dinero al inicio de la Gran Depresión y Dillinger asaltaba con elegancia y picardía, sin dejar apenas víctimas y, en ocasiones -según cuenta la leyenda- devolviendo a los pobres rehenes el dinero que iban a depositar o sacaban de la sucursal bancaria, historias bien aliñadas por la prensa populista de la época, que le hacían parecer el Robbin Hood del hampa.

Pero esta última faceta de Dillinger se aprecia poco en la película, que basa el aura del personaje en el carisma escénico de Depp y en sus artes de seducción. Francamente, las grandes aportaciones al cine de Enemigos Públicos están en la versatilidad del gabán de Jonnhy, en la aparición de Clark Gable y en dos actuaciones: una soberbia de Christian Bale (Batman y El Caballero Oscuro... ¿no lo reconoces?) como el agente del FBI Melvin Purvis, obsesionado con la caza de Dillinger, y una mágica de Marion Cotillard (La Vie en Rose). Esta actriz es divina. Su mirada de cine antiguo parece sacada del otro lado de un filtro desenfocado para mejorar la realidad.

En suma: una historia de gángsters, con diálogos finos y muy depurados, personajes que brillan y otros que se opacan, un poco larga pero que merece la pena ver. De hecho, tengo la impresión de que es de esas que mejoran con un par de pases. Sobre todo si se es amante del viejo cine negro. En ése, el de Bogart y compañía, tampoco hablaban mucho pero lo que decían quedaba para la posteridad...

2 comentarios:

  1. En nombre de La Brigada Ortográfica te pido permiso para subir esta foto a nuestra librería de imágenes ¡Es fantástica! No sólo por lo que representa gráficamente, también por lo que se puede atisbar en el trasfondo de este anuncio: Las hordas capitaneadas por pendones del "Tú me entiendes" y "Nadie es perfecto" ya han llegado más allá de la acera de la calle.

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  2. Gonzalo, La Brigada SIEMPRE tiene permiso para utilizar los materiales de este blog o de cualquier otro que yo administre. Te pido, eso sí, que respetes la propiedad del cartel, de la distribuidora Universal. Un abrazo.

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