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martes, 5 de diciembre de 2006

Nada, las paredes seguirán calladas

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Pues sí, pues no, que caiga un chaparrón...

Nada, que no se muere. No había decidido aún qué hacer con mi botella de champán, pero está claro que tendré que relegarla otra vez al rincón de los trastos inútiles.
Y los telediarios preocupados por el "funeral de estado"... Ay, inocentes.

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