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martes, 3 de abril de 2007

Una persona, una palabra

Siguiendo con el post de ayer, estoy sonriente. Me encanta este juego de apadrinar palabras perdidas. Pero, ohhhh, gran tristeza me abruma. Sólo se puede apadrinar/madrinar una palabra por persona. Me quedé con ababol, pero no me basta, no.
¿Alguien me hace un favor? ¿Puede alguien apadrinar "borraja", por favor? Esa planta riojanísima, que poca gente conoce y nunca me gustó, que cuando era pequeña se me quedaba en el plato para cenar si no me la comía, y para desayunar si no me la cenaba...
Y también por favor, que alguien apadrine el mejor verbo de la historia: "Refocilar". Jajaja. Hay que verlo escrito y conjugado, es un garabato lingüístico, un chiste. Y en pronominal, suena tan sucio, tan campestre y groserillo... "me refocilo"... parece que uno se revuelca en la palabra cuando lo pronuncia. Me refocilo.
Me encanta este juego de apadrinar palabras perdidas.

1 comentario:

  1. Pues me pones en un dilema, Eva. Si yo apadrino "borraja", ¿quién va ha hacer lo propio con "altramuz" o "aldaba"?. ¡Y claro!, si sólo se puede rescatar una palabra, ¿con cuál de las dos me quedo?, ¿qué pasará con la palabra desechada?, ¿desaparecerá?. ¡¡¡Oh, dios mío!!!! ¡qué responsabilidad!. Me parece cruel por parte del inventor de éste bello apadrinamiento que sólo se pueda escoger una palabra. En un idioma tan bello y sonoro, tan divertido y singular, sería lo propio poder rescatar todas aquellas palabras que desees, hasta llenarte la boca de sonidos

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