Ayer me encontré en el metro de Madrid a Charlot. Parecía más corpulento que en el cine, debe ser la primera persona a la que la pantalla le adelgaza. Se balanceaba de lado a lado, moviendo su bastón, y dio un pequeño traspiés al llegar a las escaleras mecánicas, pero no se cayó ni nada, por suerte.
Yo iba deprisa, como siempre en el metro, y pasé a su lado y me salió darle la bienvenida:
Bienvenu, monsieur, le dije bajito. Salió francés porque no sé polaco.
Charlot me miró con unos ojos muy, muy azules (qué raro? En blanco y negro parecían oscuros...) y muy abiertos, y torció los morritos debajo del bigotón.
Me dejó pasar y parpadeó varias veces, como sorprendido. No dijo nada, claro, es mudo.
Ayer me encontré en el metro de madrid a una chica en pantalones pirata y chanclas. Chanclas brasileñas. En noviembre.
Creo que debe de ser la semana en que han sacado a todos los actores y performantes de Madrid a las escaleras del metro.